"Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas te librará Jehová" Salmos 34:19
¿Estás pasando por un momento complicado en que no ves salida?
¿Estás atareado de problemas?
Pues esta reflexión, ¡es para ti!
La mayoría de las cartas y e-mails que recibo son de amigos que están atravesando en el valle de la aflicción. Casi todas las cartas, tienen en común la misma pregunta: "¿Por qué los problemas aumentan en mi vida, cada vez que decido acercarme a Dios?".
El versículo de hoy es la respuesta. En este verso, encontramos dos promesas. La primera: "Muchas son las aflicciones del justo", y la segunda: "De todas ellas te librará Jehová".
Si tú quieres ser un cristiano auténtico, prepárate para recibir ambas promesas. La primera es que en este mundo, tú enfrentarás momentos de dificultad. Esto es bíblico. San Pablo, escribiendo a los filipenses, dice: "Porque a vosotros os es concedido... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él" (Filipenses 1:29). Y el mismo Señor Jesús afirmó ante sus discípulos: "En el mundo tendréis aflicción" (Juan 16:33).
El sufrimiento es una realidad de la vida. Es inevitable. Mucho más para los que deciden seguir a Jesús. Pero, la segunda promesa afirma que, finalmente, el Señor nos librará de todas nuestras aflicciones y dificultades.
Mucha gente imagina la felicidad como una vida sin problemas, pero en este mundo, las espinas forman parte de las rosas, la noche forma parte del día, y las lágrimas forman parte de la alegría. Tú puedes ser feliz en medio de las dificultades, si sabes administrarlas, en la certeza de que el Señor te librará de todas ellas.
El Salmo 34 es un himno de loor a Dios, porque Dios libró a su pueblo, y no porque sus hijos tuvieron dificultades. Entender este hecho puede ser el comienzo de una nueva dimensión en la vida. Dios cura el corazón herido, pero la intervención divina no tendría sentido si el corazón no estuviera herido. Él restaura tus sueños, porque ellos estaban destruidos. Dios promete librarte, no eximirte del problema.
¿Cuáles son las aflicciones que estás enfrentando hoy? No importa. Antes de partir para engrentar la montaña de dificultades que está ante ti, memoriza este versículo y repítelo a lo largo del día: "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas te librará Jehová".
Que Dios te bendiga.
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¿La Biblia fue escrita para la gente culta? |
Me he encontrado con esta afirmación en reiteradas ocaciones.
Muchos creen que la Biblia es sólo para gente culta, gente que tenga un buen léxico o posea algún grado especial. Pero el fin de las Sagradas Escrituras es entregar paz a todos aquellos que la requieran, sean cultos, pobres o ricos. Aquí les dejo un ensayo que una autora cristiana escribió sobre este tema en particular. ¡Léanlo!
La Biblia no fue escrita sólo para el hombre erudito; al contrario, fue destinada a la gente común. Las grandes verdades necesarias para la salvación están presentadas con tanta claridad como la luz del mediodía; y nadie equivocará o perderá el camino, salvo los que sigan su propio juicio en vez de la voluntad divina tan claramente revelada.
No debemos aceptar (en su totalidad) el testimonio de ningún hombre en cuanto a lo que enseñan las Escrituras, sino que debemos estudiar las palabras de Dios por nosotros mismos. Si dejamos que otros piensen por nosotros, nuestra energía quedará mutilada y nuestras aptitudes serán limitadas. Las nobles facultades de la mente pueden atrofiarse tanto por la falta de ejercitación en temas dignos de su concentración, que llegen a perder su habilidad para captar el significado profundo de la Palabra de Dios. La mente se ensanchará si se le emplea en investigar la relación de los temas de la Biblia, comparando texto con texto, y lo espiritual con lo espiritual.
No hay nada mejor diseñado para fortalecer el intelecto que el estudio de las Escrituras. Ningún libro es tan poderoso para elevar los pensamientos, para dar vigor a las facultades, como las enormes y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la Palabra de Dios como es debido, los hombres tendrían una amplitud de mente, una nobleza de carácter y una firmeza de propósito pocas veces visto en estos tiempos. Pero obtendremos poquísimo beneficio de una lectura precipitada de las Escrituras. Uno puede leer toda la Biblia y, sin embargo, quedarse sin ver su bellaza o comprender su sentido profundo y oculto. Un pasaje estudiado hasta que su significado nos parezca claro en la mente y sean evidentes sus relaciones con el plan de la salvación, es de mucho más valor que le lectura cuidadosa de muchos capítulos sin un propósito determinado y sin obtener ninguna instrucción positiva. Ten tu Biblia a mano, y cuando tengas oportunidad, léela; retén los textos en tu memoria. Aún cuando caminas por las calles puedes leer un pasaje y meditar en él, hasta que se grabe en tu mente.
No podemos obtener sabiduría sin atención diligente y sin estudio con oración. Algunas porciones de la Escritura son en verdad demasiado claras como para ser malinterpretadas; pero hay otras cuyo significado no está en la superficie como para que se vea a primera vista. Se debe comparar pasaje con pasaje. Debes tener un escudriñamiento cuidadoso y una reflexión acompañada de oración. Nunca se debe estudiar la Biblia sin oración. Antes de abrir sus páginas debemos pelir la iluminación del Espíritu Santo (para su clara percepción y entendimiento del mensaje), y nos será dada.
¿Quisieras descubrir los tesoros que Dios tiene para ti?
Comienza orando pidéndole a Dios que te hable através de las Escrituras. Abre la Biblia en algún pasaje a tu elección y con un pequeño versículo, medita en las hermosas verdades que Dios tiene para tí.
Que Dios te bendiga.
-Esta reflexión fue extraída del libro: Steps to Christ de Ellen Gould H.-
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¿Consultas con Dios? |
"Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados"
Proverbios 16:3
Encomendar es confiar. La confianza es vital. Todos los días, en todos los lugares, por todos los motivos, confiamos en alguien. Desde que nos levantamos por la mañana, hasta la hora de acostarnos por la noche, el ejercicio de la confianza es casi ininterrumpido. Abrimos la llave de la ducha confianzo en que saldrá agua; tomamos un bus confiando en que el chofer nos llevará al lugar indicado... Aveces nos frustamos, porque las personas fallan o las cosas no funcionan. Hasta las personas más queridas y cercanas nos pueden fallar, queriendo o sin querer. Nosotros mismos nos sorprendemos a veces con nuestras propias actitudes. "No confío en mí", típico.
El texto de hoy nos enseña a depositar la confianza en alguien que no falla. "Encomienda a Jehová tus obras", aconseja Salomón. A veces, observando la sabiduría humana, me pregunto si el hombre confía más en la tecnología, en la ciencia y en la razón, que en Dios. Cuando me veo y cuando te veo a ti jugando a ser Dios, queriendo definir lo que está bien y lo que está mal, me pregunto si el consejo de Salomón ¿no estará ya obsoleto?. Pero, cuando oigo las historias de vidas destruidas debido a su monomanía y espíritu de independencia humana, veo que el consejo bíblico es más actual que nunca. En el texto de hoy se destaca otro pensamiento. El hecho de confiar en Dios no anula la iniciativa ni el esfuerzo humano. El texto habla de obras y designios. Esta es una referencia a los planes y acciones. Nada funciona sin planificación y acción. Pero ambas carecen de valor si no están depositadas en las manos de Dios. El verbo encomendar o confiar que aparece en el texto de hoy, en el original hebreo sería gol, que significa desenrollar, como si tú desenrollases un proyecto arquitectónico delante de alguien. El mensaje es: abre el rollo de tus planes delante de Dios, consulta con él. Pídele su opinión. El éxito siempre está relacionado con la acción. Las personas que consultan sus planes con Dios siempre avanzan y, aunque pueden, limitadas por su humanidad, cometer errores, no desisten, ya que siguen confiando en que el mismo Dios que los ayudó a planificar, los ayudará a llegar al fin del camino propuesto.
¿Qué tienes tú que depositar hoy en las manos de Dios? ¿Estás seguro de que lo que vas a hacer, o la decisión que vas a tomar, ya fue consultada con Dios? Recuerda: "Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados", aférrate a esta promesa...
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Caer y Levantarse |
en el mal" Prov. 24:16
Este mundo está en guerra. No hablo de guerras entre naciones. Este mundo vive un conflicto espiritual de consecuencias eternas. Hay un acusador que trata de desfigurar el carácter de Dios. Lo presenta como un Dios tirano, cruel, intrasigente, que no se preocupa por sus criaturas. Otras veces lo proyecta como un Dios complaciente, permisivo sin personalidad o una simple energía.
Compran libros, discos y videos. Asisten a seminarios y participan de congresos donde Dios no es más que una idea generadora de la vida, y nada más. Cuando ese tipo de estrategia no le da resultado, el enemigo persigue.
En el libro de Proverbios, Dios hace una advertencia a todos los instrumentos
humanos que se atreven a atacar a los que confían en el Señor. "Oh, impío,no
aceches la tienda del justo, no saquees su cámara", dice el versículo 15, y
después viene el texto de hoy: "porque siete veces cae el justo, y vuelve a
levantarse; mas los impíos caerán en el mal".
Esta es una de las más extraordinarias promesas de la Biblia. Tus enemigos pueden hacer lo que quieran para destuirte. Pueden echar mano del fraude, la mentira, la intriga o la violencia. Pueden herirte, pero no podrán destruirte; ¡Jamás!. Siete veces puedes "estar por el piso", pero si confías en Jesús, las siete veces te levantarás, hasta que ellos no tengan más fuerzas para continuar atacándote.
Es verdad que hay momentos en que la flecha enemiga penetra cerca del corazón. Yo
sé que hay momentos en que humanamente tú sientes que no tienes ya fuerzas para
resistir. Todo parece oscuro. El temor invade tu corazón. En esos momentos,
levanta los ojos hacia Jesús. Quien confía en él, nunca estará derrotado. Él
venció a la misma muerte. Salió de la tumba y silenció las carcajadas del enemigo
para siempre.
Este dolor va a pasar. Esta tormenta es pasajera. Ya viene el Sol de un nuevo
día, no desesperes, no desistas. Pronto, muy pronto, tus enemigos serán puestos
por estrado de tus pies, "porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse;
mas los impíos caerán en el mal".
Si caístes, ¿no crees que Dios te está mandando una señal de seguridad y paz?.
Dios te Bendiga.
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¡Sé Paciente y Perdonador! |
"La cordura del hombre detiene su furor, y su honra en pasar por alto la ofensa"
Proverbios 19:11
¿Tú peleas, discutes y reclamas porque piensas que te estás defendiendo? A la luz del consejo de hoy, tú pierdes cada vez que te pones nervioso. La traducción literal de este texto, sería: "la sabiduría del hombre se torna longánima". La palabra hebrea es sekel, que significa sabiduría, prudencia y no específicamente discreción, aunque la discreción sea parte de la sabiduría. El hombre sabio es paciente. No explota ante la primera provocación. Observa primero, analiza y estudia la situación. "Eso depende de la personalidad de cada uno" puedes decir; y es posible que lo sea, pero el propósito de la sabiduría no es colocar el sello de aprobación sobre las actitudes humanas. Es transformar tu temperamento y enseñarte a ser feliz. El camino de la paciencia y del perdón es el único que te llevará a la grandeza. Pero, ¿cómo perdonar si alguien entró a mi casa, violó y mató a mi madre? Sé que es difícil. Imposible, tal vez, desde el punto de vista humano. Pero las cosas imposibles para el hombre, son posibles para Dios. Ser paciente y perdonador, no significa ser insensible. Claro que el dolor está presente. Es inevitable. Es posible que ráfagas de odio y de venganza pasen rápidamente por tu mente. Es natural. Tú serías un robot sin sentimientos, si no sintieras las rabia y la rebelión tratando de hacer nido en tu corazón. El problema es permitir que esos sentimientos negativos se apoderen de tu ser, entregándote voluntariamente a la esclavitud del rencor, envenenado por la amargura del resentimiento. La sabiduría no se combina con el odio, ni con el deseo de venganza. Por un motivo. La sabiduría tiene como único objetivo llevarte a ser feliz, y solo la paciencia y el perdón pueden conseguir eso. Alaba a Dios por la vida, por los momentos buenos y hasta por las pruebas y dificultades que aparecen en tu vida. Haz de este día un día de paciencia. No explotes con facilidad. No digas cosas de las cuales después te arrepentirás. Es muy fácil abrir una herida, pero es muy difícil cicatrizarla. Acude a Jesús. Solo él puede quitar de tu corazón el dolor y la amargura y poner paz y perdón, sin los cuales no hay manera de ser feliz. Y no olvides: "La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa". ¿Podrás hacerlo? Pídele a Dios que te ayude. Que Dios te Bendiga.