Me he encontrado con esta afirmación en reiteradas ocaciones.
Muchos creen que la Biblia es sólo para gente culta, gente que tenga un buen léxico o posea algún grado especial. Pero el fin de las Sagradas Escrituras es entregar paz a todos aquellos que la requieran, sean cultos, pobres o ricos. Aquí les dejo un ensayo que una autora cristiana escribió sobre este tema en particular. ¡Léanlo!
La Biblia no fue escrita sólo para el hombre erudito; al contrario, fue destinada a la gente común. Las grandes verdades necesarias para la salvación están presentadas con tanta claridad como la luz del mediodía; y nadie equivocará o perderá el camino, salvo los que sigan su propio juicio en vez de la voluntad divina tan claramente revelada.
No debemos aceptar (en su totalidad) el testimonio de ningún hombre en cuanto a lo que enseñan las Escrituras, sino que debemos estudiar las palabras de Dios por nosotros mismos. Si dejamos que otros piensen por nosotros, nuestra energía quedará mutilada y nuestras aptitudes serán limitadas. Las nobles facultades de la mente pueden atrofiarse tanto por la falta de ejercitación en temas dignos de su concentración, que llegen a perder su habilidad para captar el significado profundo de la Palabra de Dios. La mente se ensanchará si se le emplea en investigar la relación de los temas de la Biblia, comparando texto con texto, y lo espiritual con lo espiritual.
No hay nada mejor diseñado para fortalecer el intelecto que el estudio de las Escrituras. Ningún libro es tan poderoso para elevar los pensamientos, para dar vigor a las facultades, como las enormes y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la Palabra de Dios como es debido, los hombres tendrían una amplitud de mente, una nobleza de carácter y una firmeza de propósito pocas veces visto en estos tiempos. Pero obtendremos poquísimo beneficio de una lectura precipitada de las Escrituras. Uno puede leer toda la Biblia y, sin embargo, quedarse sin ver su bellaza o comprender su sentido profundo y oculto. Un pasaje estudiado hasta que su significado nos parezca claro en la mente y sean evidentes sus relaciones con el plan de la salvación, es de mucho más valor que le lectura cuidadosa de muchos capítulos sin un propósito determinado y sin obtener ninguna instrucción positiva. Ten tu Biblia a mano, y cuando tengas oportunidad, léela; retén los textos en tu memoria. Aún cuando caminas por las calles puedes leer un pasaje y meditar en él, hasta que se grabe en tu mente.
No podemos obtener sabiduría sin atención diligente y sin estudio con oración. Algunas porciones de la Escritura son en verdad demasiado claras como para ser malinterpretadas; pero hay otras cuyo significado no está en la superficie como para que se vea a primera vista. Se debe comparar pasaje con pasaje. Debes tener un escudriñamiento cuidadoso y una reflexión acompañada de oración. Nunca se debe estudiar la Biblia sin oración. Antes de abrir sus páginas debemos pelir la iluminación del Espíritu Santo (para su clara percepción y entendimiento del mensaje), y nos será dada.
¿Quisieras descubrir los tesoros que Dios tiene para ti?
Comienza orando pidéndole a Dios que te hable através de las Escrituras. Abre la Biblia en algún pasaje a tu elección y con un pequeño versículo, medita en las hermosas verdades que Dios tiene para tí.
Que Dios te bendiga.
-Esta reflexión fue extraída del libro: Steps to Christ de Ellen Gould H.-
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¿La Biblia fue escrita para la gente culta?
Publicado por Llinos Anthony Martí Acuña
Etiquetas: Conociendo a Dios
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