"El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia".
San Juan 10:10
"Perdí la voluntad de vivir", decía una amiga mía sentada alfrente mío. "La vida es una monotonía que no acaba nunca. Tengo miedo de que llegue el día siguiente, porque será la misma rutina de siempre".
¿Por qué pierde sentido una vida?
Creo que podemos analizarlo en cuatro puntos:
-En primer lugar, conviene saber que la monotonía es un síntoma, no la enfermedad. Esto nos habla de que algo no está funcionando correctamente dentro de nosotros. La monotonía es contraria al plan de vida abundante que Dios tiene para nosotros, y cuando llegamos a ese punto es porque perdimos, entre otras cosas buenas, el amor por la vida.
-Otro asunto a considerar es que la monotonía es resultante de minimizar lo que somos. Viene del hecho de aceptar que la vida que tenemos es la única que merecemos. La monotonía es la agresión contra alguien que se tornó desagradable en nuestra vida: nosotros mismos. La monotonía es la aceptación cobarde de la impotencia para cambiar el rumbo día tras día.
-En tercer lugar, la monotonía viene del hecho de echarle la culpa de todo a otras personas, a las circunstancias o al pasado. Consiste en tratar de encontrar un significado en todo, en lugar de dar significado a todo. Mientras estemos esperando que los demás hagan algo para hacer emocionante nuestra vida, con seguridad nos quedaremos sentados en la monotonía de una vida sin sentido.
-Finalmente, la monotonía viene del sentimiento de que no tenemos ningún lugar adonde ir, ningún nuevo mundo que conquistar.
Y cuando la vida se concentra en la búsqueda desesperada de cosas pasajeras como la cultura, el dinero, el poder, la fama y el placer, llegará el momento en que sentiremos la sensación de que todo lo que conquistamos fue nada, y de que ya no existe nada más que conquistar.
Si alguna vez sentiste que tu vida está cayendo en la monotonía, si tu vida no es emocionante, si no vibra más con las posibilidades del mañana, hoy puede ser el día de una nueva experiencia para ti. Desarrolla el gozo de una relajación íntima con Cristo, elogia a otras personas, trata de descubrir cosas positivas en ella, piérdete tí mismo en otras personas y en sus necesidades, atrévete a hacer y a construir sueños. Experimienta la "vida abundante" que Cristo te ofrece.
Y no te lo digo por decirte, sino un luchador que está peleando la batalla.
Un abrazo grande, ¡bendiciones!
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Habló entonces Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: "Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad de entre vosotros los dioses ajenos y a Astarot, dedicad vuestro corazón a Jehová y servidle sólo a él, y él os librará de manos de los filisteos".
1 Samuel 7:3.
Hace un tiempo atrás conocí a un joven sincero, que lamentablemente era una terrible víctima del sexo. ¿Has conocido a alguien con ese problema?
Su vida y la de su familia estaban completamente pertubadas por el sexo. Su visión, sus palabras, su vida, todo giraba en torno a sexo, por lo que la comunicación incluso con la gente era complicada, ya que no veía a las personas como personas, sino como objetos sexuales.
Él me dijo varias veces: "Yo quiero dejarlo, quiero, de verdad que quiero, pero me cuesta, ¡no puedo!".
Hace unos meses atrás, hubo una semana de oración cerca de su casa; escuchó hablar sobre la maravillosa obra del Espíritu Santo que lleva a los hijos sinceros a la victoria. También oyó hablar de que el ser humano tiene que esforzarse para no quebrar la comunión permanente con Jesús, y que la victoria sería el resultado de esa comunión.
Hace una semana me lo encontré, estaba muy desanimado, porque me contó que la comunión con Cristo no resolvía el problema. Él oraba constantemente, le pedía fuerzas a Dios para abandonar tan detestable vicio, pero al momento de conectarse a internet, salir o simplemente al estar ocioso en casa, provocaba una cadena de acciones que terminaban con frustarlo.
Sentado en su cama, leía la Biblia y oraba, mientras sus ojos miraban de re-ojos el cajón lleno con revistas pornográficas.
El versículo de hoy dice: "Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad de entre vosotros los dioses ajenos".
¿Cómo esperas olvidar una relación recién terminada, si aún conservas las fotos y números de teléfono de tu ex-pareja?
¿Cómo pretendes abandonar el cigarro mientras existen dos cartones escondidos en tu cuarto?
¿Cómo conseguir la prueza de pensamientos, si las revistas y videos pornográficos siguen en tu cajón?
"Quitad los dioses ajenos... de entre vosotros", esa es la orden divina.
¡Quena tus discos, tus cintas, tus revistas, tus cartas, los números de teléfono de lo que te lleva al mal! ¡Borra las páginas favoritas de internet toda inmundicia!.
La comunión con Cristo es lo que te dará fuerzas para la victoria. Su Santo Espíritu, santificando tu voluntad, te llevará a la libertad completa, pero es necesario quitar los dioses extraños que crean un ambiente desfavorable para la victoria.
Fue "doloroso" para este joven tirar todo al fuego. ¡Cuánto dinero tenía ahí invertido! Pero, finalmente, entendió el mensaje: "Quitó de en medio de su casa los dioses extraños" y hoy se regocija en la bendita esperanza del regreso de Cristo, mientras avanza de victoria en victoria, hasta la victoria final.
¿Conoces a alguien que esté en este problema o otro parecido?
¿Estás apresado por este tema o algúna otra cosa que te ate al nicho del mal?
¡Dios te ayudará a vencerlo!
Pero no se te olvide, "quitad de entre vosotros los dioses ajenos...", cuando lo hagas, habrá cambio.
¡Bendiciones!
Hace un tiempo atrás conocí a un joven sincero, que lamentablemente era una terrible víctima del sexo. ¿Has conocido a alguien con ese problema?
Su vida y la de su familia estaban completamente pertubadas por el sexo. Su visión, sus palabras, su vida, todo giraba en torno a sexo, por lo que la comunicación incluso con la gente era complicada, ya que no veía a las personas como personas, sino como objetos sexuales.
Él me dijo varias veces: "Yo quiero dejarlo, quiero, de verdad que quiero, pero me cuesta, ¡no puedo!".
Hace unos meses atrás, hubo una semana de oración cerca de su casa; escuchó hablar sobre la maravillosa obra del Espíritu Santo que lleva a los hijos sinceros a la victoria. También oyó hablar de que el ser humano tiene que esforzarse para no quebrar la comunión permanente con Jesús, y que la victoria sería el resultado de esa comunión.
Hace una semana me lo encontré, estaba muy desanimado, porque me contó que la comunión con Cristo no resolvía el problema. Él oraba constantemente, le pedía fuerzas a Dios para abandonar tan detestable vicio, pero al momento de conectarse a internet, salir o simplemente al estar ocioso en casa, provocaba una cadena de acciones que terminaban con frustarlo.
Sentado en su cama, leía la Biblia y oraba, mientras sus ojos miraban de re-ojos el cajón lleno con revistas pornográficas.
El versículo de hoy dice: "Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad de entre vosotros los dioses ajenos".
¿Cómo esperas olvidar una relación recién terminada, si aún conservas las fotos y números de teléfono de tu ex-pareja?
¿Cómo pretendes abandonar el cigarro mientras existen dos cartones escondidos en tu cuarto?
¿Cómo conseguir la prueza de pensamientos, si las revistas y videos pornográficos siguen en tu cajón?
"Quitad los dioses ajenos... de entre vosotros", esa es la orden divina.
¡Quena tus discos, tus cintas, tus revistas, tus cartas, los números de teléfono de lo que te lleva al mal! ¡Borra las páginas favoritas de internet toda inmundicia!.
La comunión con Cristo es lo que te dará fuerzas para la victoria. Su Santo Espíritu, santificando tu voluntad, te llevará a la libertad completa, pero es necesario quitar los dioses extraños que crean un ambiente desfavorable para la victoria.
Fue "doloroso" para este joven tirar todo al fuego. ¡Cuánto dinero tenía ahí invertido! Pero, finalmente, entendió el mensaje: "Quitó de en medio de su casa los dioses extraños" y hoy se regocija en la bendita esperanza del regreso de Cristo, mientras avanza de victoria en victoria, hasta la victoria final.
¿Conoces a alguien que esté en este problema o otro parecido?
¿Estás apresado por este tema o algúna otra cosa que te ate al nicho del mal?
¡Dios te ayudará a vencerlo!
Pero no se te olvide, "quitad de entre vosotros los dioses ajenos...", cuando lo hagas, habrá cambio.
¡Bendiciones!
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